Mi hermano me compartió un excelente artículo publicado en el diario digital Proceso bien titulado "La CNTE, manual mediático para inducir al odio" el cual reproduciré íntegro al final de mi comentario.
Jenaro Villamil es el autor de este muy buen artículo y de nuevo en los hechos, más que en discursos, deja en claro porque sigue siendo una de las mejores voces críticas que aún existen en México a lo largo de los últimos años con tantas subidas y bajadas políticas.
Totalmente
de acuerdo. No soy de ningún partido ni corriente. Muchos menos
simpatizante del CNTE pero estoy de acuerdo en que los medios se dedican
a satanizar las movilizaciones sociales y persuadir a las masas para
que rechacen a estos grupos. Lo que los medios (Brozo, Loret, Adela,
Alatorre y demás) olvidan decirle TAMBIÉN a la gente son las causales
donde, y aquí es lo incómodo para grupos de poder, el Gobierno es muy
responsable también. No solo por su poco interés en resolver DE FONDO
problemas en el interior de la República marginando a maestros indígenas
y pueblerinos sino creando cadenas de corrupción entre los sindicatos
que alimenta y promueve a interés personal cuando así le conviene pero
que, a la inversa, etiqueta y estigmatiza cuando ya no le convienen o
cuando estos se rebelan contra sus mentores.
Ciertamente
cerrar avenidas y causar caos no es la forma más popular de ganar
simpatías pero a los Mexicanos se nos trata de educar a ver solo la
punta del Iceberg y se le enseña a no ver que esas son manifestaciones
consecuenciales de problemas de fondo no resueltos. Es como atacar a un
borracho por estar borracho sin ponerse a pensar qué es lo que lo lleva a
emborracharse. Esa sería la mejor forma de resolver el problema. Sin
embargo, se nos enseña a etiquetar y satanizar al borracho porque así se
matan varios pájaros de una sola pedrada: 1. Se le resta popularidad y
aceptación a un movimiento contrario 2. Se promueve el linchamiento
social. Así, el trabajo sucio no lo hacen los poderosos sino
curiosamente la propia gente. 3. Una vez que el movimiento o persona ya
fueron ridiculizados y etiquetados, entonces se les hace olvidar la
causa original de las protestas o reclamos sociales y de nuevo, se omite
dar soluciones de fondo a los problemas.
Claro
que nadie quiere llegar tarde a su trabajo, claro que nadie quiere ver
calles cerradas pero los medios de nuevo apelan a LOS SENTIMIENTOS y no
al razonamiento de las personas. En vez de dedicar media hora de
noticiero a mostrar puras reacciones emocionales (para provocar más
reacciones emocionales en su auditorio) debieran dedicar tiempo a
presentar a la sociedad todos los acuerdos desde una perspectiva legal y
judicial que dejen en claro los porque del conflicto. ¿Qué no se ha
hecho bien? ¿Qué ha dejado inconcluso el Gobierno? ¿Qué han dejado
inconcluso los Magisterios? ¿Cuál sería legal y administrativamente
hablando la mejor forma de solucionar esto? Es decir, HACER PENSAR a la
gente y no solo hacerla SENTIR. Porque todos los conflictos siempre son
de 2. El CNTE tiene su 50% de responsabilidad pero ¿por qué nadie habla
del otro 50% del Gobierno?
Como
en los divorcios, es muy fácil para alguna de las partes tratar de
convencer a todos que se es la parte "víctima", la "pobrecita" que no
hace más que dar lo mejor de si mientras la otra parte (maldita,
inhumana y cruel) le fustiga sin razón. Es muy fácil para Brozo decir
"Pero no afecten a gente inocente con sus marchas" cuando ese mismo
Brozo ha hecho caso omiso de las injusticias cometidas contra inocentes
cuando estas suceden allá en Provincia, en la Sierra, en el anonimato
total donde los medios no cubren porque eso no da Rating. Escuelas de
cartón que siguen esperando los recursos que nunca han llegado en
sexenios. Maestros sinceros y humildes que caminan kilómetros enteros
con paga incompleta o sin paga pero que quieren enseñar al menos a leer a
sus alumnos. ¿Dónde ha estado Brozo, Televisa y Azteca para documentar
semanas enteras todo eso? ¿Dónde han estado Brozo, Televisa y Azteca
para dar cobertura especial y seguimiento a los casos de corrupción de
funcionarios del Gobierno y de los propios Sindicatos hasta dar con los
responsables, exhibirlos, y finalmente hacer que la Ley sea cumplida?
El
Investigador Philip Zimbardo bien documentó en su libro "El Efecto
Lucifer" que una estrategia común de propaganda y de campañas de
desprestigio social, político, militar o de cualquier índole consisten
primero es deshumanizar al oponente. Presentarlo como la encarnación del
mal en su máxima expresión. Abran los ojos y vean cómo los medios echan
al suelo su objetividad informativa y usan etiquetas como "vándalos",
"caóticos", "desordenados", etc. Es decir, son cualquier cosa moralmente
mala pero no humanos.
Concluyo
diciendo que la peor parte es que el resto de los ciudadanos somos
llevados creer que los problemas de otros Mexicanos no son importantes
para nosotros. Es decir, un pensamiento egoísta. Cuando pensamos que
estamos separados del otro entonces olvidamos que eso es mentira. Lo que
afecta a Chiapas afectará tarde que temprano al D.F. y viceversa. Peor
aún esto demuestra la clase de filosofía materialista y narcisista que
los Gobiernos promueven con tal de tener domados, dormidos y divididos a
sus gobernados. Que triste es oír decir a la gente "Ay mira! Mientras
no me afecte a mi, no me importa". Pero hablan del corto plazo, de la
satisfacción inmediata. El día que nos demos cuenta que no solo podemos
ser gente en un país sino una verdadera nación entonces no solo
viviremos mejor sino que nuestros Gobiernos y los Sindicatos,
Magisterios y demás temblarán al saber que no pueden tratar de
dividirnos con propaganda televisiva y prácticas corruptas porque
sabremos de inmediato que están mintiendo. Las marchas, los plantones,
los bloqueos son, como las enfermedades físicas, solo manifestaciones de
lo que está sucediendo internamente. Queremos seguir tomando aspirinas o
diciendo "no me duele, si aguanto" cuando tenemos tremendos sangrados y
padecimientos terribles frente a nosotros. Mentarle la madre a los del
CNTE es esa aspirina que Brozo, Televisa y Azteca nos venden pero esa,
esa no es la cura real al problema.
A continuación, el artículo completo de Jenaro Villamil tal cual aparece en http://www.proceso.com.mx/?p=351200
PIENSA MEXICO QUERIDO. PIENSA. NO SOLO REACCIONES.
A continuación, el artículo completo de Jenaro Villamil tal cual aparece en http://www.proceso.com.mx/?p=351200
La CNTE, manual mediático para inducir al odio
Generar odio o pánico moral contra un movimiento social, una corriente ideológica o una religión es más fácil que buscar empatía, entendimiento o un mínimo ejercicio de rigor informativo.
En el caso de las movilizaciones emprendidas por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) el manual de inducción al odio se ha aplicado a rajatabla.
No se necesita ser mago para darse cuenta, pero sí es difícil desintoxicarse a partir de la premisa que han aplicado para estigmatizar las demandas del movimiento de las secciones disidentes del SNTE (el sindicato que controlaba antes Elba Esther): la CNTE está en contra de la reforma educativa, por tanto, son malos maestros y, en consecuencia, sus movilizaciones son ilegítimas.
Para reforzar este silogismo los medios masivos han aplicado el siguiente manual:
1.-Entreviste a automovilistas encabronados por los bloqueos viales. Y retransmita una y otra vez ese “testimonio” como ejemplo de la furia ciudadana.
Nada más fácil que encontrar a un conductor que miente madres, que pida la cabeza de quienes bloqueen las vialidades o que le eche la culpa a los maestros de todos los males de un mal día.
2.-Genere toda cantidad de calificativos para desacreditar a un movimiento e inoculará un prejuicio ante ellos. “Vándalos”, “flojos”, “irresponsables”, “mitoteros”, “irrespetuosos”, “bárbaros”, “pobresores”, etc.
Cualquier análisis de contenido de la cobertura informativa en relación con el movimiento de la CNTE demostrará que más de un 70 por ciento son calificativos, juicios o estigmas, antes que la descripción del problema, las demandas, las posiciones de una y otra parte, o la mínima ponderación de los hechos.
3.-Fabrique una sensación de caos y de amenaza frente a “los bárbaros”. La ciudad de México y sus habitantes somos susceptibles de sobredimensionar todo, a partir de la alta repercusión mediática de lo que suceda en esta ciudad. Por eso, también, nos sentimos “el ombligo de la República”.
Si secuestran en la Zona Rosa la ciudad es un caos. Si bloquean Reforma o Insurgentes la megalópolis es un caos.
Si “toman” las instalaciones de la Cámara de Diputados o del Senado, impera la anarquía en todo el país.
Y todo es provocado por los “bárbaros” que nos llegan de entidades lejanas y pobres como Oaxaca, Michoacán, Chiapas o Guerrero que en el imaginario del televidente o radioescucha medio son sinónimos de morenos, pobres y rijosos.
Hay una alta dosis de racismo inducido en estos casos. No es lo mismo ser profesor moreno de Oaxaca que estudiante blanco, bien vestido del ITAM, aunque ambos “tomen” las instalaciones de Televisa para exigir derecho de réplica.
4.-Privilegie la declaracionitis y la opinionitis. Los dos males endémicos de la cobertura informativa en medios electrónicos son éstos. Es más importante la declaración del funcionario que la descripción de los hechos. Es necesario privilegiar la denostación antes que hacer un esfuerzo de explicación.
Y en el caso de la CNTE, el “sistema PRI-gobierno” se ha encargado de unificar las voces: el presidente de la República, el secretario de Gobernación, los coordinadores legislativos del PRI en Cámara de Diputados y Senadores. Todos, hablan de “secuestro”, de “actos vandálicos”, de “expresiones radicales” y no del fondo del asunto.
Junto con la declaracionitis vendrá la opinionitis. Es la inflamación de la histeria personal –simulada o convencida- de los conductores y analistas de los programas televisivos y de radio. Además, como casi todos escriben columnas en los periódicos, replicarán lo mismo.
Lo políticamente correcto no es pedir mesura y dimensionar los hechos. Eso resulta radical y se convierte uno en “promotor de delincuentes”.
5.-Sobredimensione algunos hechos. Ahora se habla de “pérdidas” por 4.5 millones de pesos en la Cámara de Diputados ante la irrupción de supuestos integrantes de la CNTE.
¿Por qué los mismos comentaristas que se rasgan las vestiduras por estos 4.5 millones de pesos no se alteran con los 200 millones de pesos que cada coordinador legislativo administra de manera opaca y unilateral? ¿Por qué son “delincuentes” éstos y no los que desfalcan al Congreso?
6.-Invisibilice a los “bárbaros”. Los maestros no tienen rostro, nombre ni historia personal. Son una masa anónima de “revoltosos”, de “flojos”, de “enemigos de la reforma”.
Darles voz es muy costoso porque humaniza los movimientos sociales. Por eso la demanda de derecho de réplica de la CNTE ante las televisoras era tan delicada. ¿Acaso son dueños de su propia voz?
Uno odia lo que no conoce. Le tiene pánico a quienes nos dicen que son peligrosos. Y, por si fuera poco, si nos afecta en nuestro derecho a la libre circulación seguramente son violentos.
7.-Mezcle dos problemas distintos. Si los maestros no quieren un modelo único de evaluación entonces son enemigos de ser evaluados, por tanto, malos maestros que abandonan a los niños en las aulas.
Y si proponen otros modelos de evaluación o declaran su oposición a la reforma educativa peñista (no a reformar la educación ), entonces son enemigos del progreso, defensores de intereses y privilegios.
¿Cuál será el privilegio de un profesor que gana menos de 20 mil pesos al mes frente a la enorme y compleja alta burocracia de la SEP que gana más que ellos, que forma parte del entramado de la corrupción?
Eso, por supuesto, no se analiza, no se documenta, no es importante.
En otras palabras, volvemos al mismo guión de “guerra sucia” que tanto polarizó y le costó a este país en el 2006.
Retornamos a la etapa de privilegiar la mentira por encima de un mínimo ejercicio de veracidad.
Por eso, la “pinta” de la CNTE en la pared de las instalaciones de Televisa se convierten en una buena síntesis: “la pintura se borra, nunca sus mentiras”.
www.homozapping.com.mx
En el caso de las movilizaciones emprendidas por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) el manual de inducción al odio se ha aplicado a rajatabla.
No se necesita ser mago para darse cuenta, pero sí es difícil desintoxicarse a partir de la premisa que han aplicado para estigmatizar las demandas del movimiento de las secciones disidentes del SNTE (el sindicato que controlaba antes Elba Esther): la CNTE está en contra de la reforma educativa, por tanto, son malos maestros y, en consecuencia, sus movilizaciones son ilegítimas.
Para reforzar este silogismo los medios masivos han aplicado el siguiente manual:
1.-Entreviste a automovilistas encabronados por los bloqueos viales. Y retransmita una y otra vez ese “testimonio” como ejemplo de la furia ciudadana.
Nada más fácil que encontrar a un conductor que miente madres, que pida la cabeza de quienes bloqueen las vialidades o que le eche la culpa a los maestros de todos los males de un mal día.
2.-Genere toda cantidad de calificativos para desacreditar a un movimiento e inoculará un prejuicio ante ellos. “Vándalos”, “flojos”, “irresponsables”, “mitoteros”, “irrespetuosos”, “bárbaros”, “pobresores”, etc.
Cualquier análisis de contenido de la cobertura informativa en relación con el movimiento de la CNTE demostrará que más de un 70 por ciento son calificativos, juicios o estigmas, antes que la descripción del problema, las demandas, las posiciones de una y otra parte, o la mínima ponderación de los hechos.
3.-Fabrique una sensación de caos y de amenaza frente a “los bárbaros”. La ciudad de México y sus habitantes somos susceptibles de sobredimensionar todo, a partir de la alta repercusión mediática de lo que suceda en esta ciudad. Por eso, también, nos sentimos “el ombligo de la República”.
Si secuestran en la Zona Rosa la ciudad es un caos. Si bloquean Reforma o Insurgentes la megalópolis es un caos.
Si “toman” las instalaciones de la Cámara de Diputados o del Senado, impera la anarquía en todo el país.
Y todo es provocado por los “bárbaros” que nos llegan de entidades lejanas y pobres como Oaxaca, Michoacán, Chiapas o Guerrero que en el imaginario del televidente o radioescucha medio son sinónimos de morenos, pobres y rijosos.
Hay una alta dosis de racismo inducido en estos casos. No es lo mismo ser profesor moreno de Oaxaca que estudiante blanco, bien vestido del ITAM, aunque ambos “tomen” las instalaciones de Televisa para exigir derecho de réplica.
4.-Privilegie la declaracionitis y la opinionitis. Los dos males endémicos de la cobertura informativa en medios electrónicos son éstos. Es más importante la declaración del funcionario que la descripción de los hechos. Es necesario privilegiar la denostación antes que hacer un esfuerzo de explicación.
Y en el caso de la CNTE, el “sistema PRI-gobierno” se ha encargado de unificar las voces: el presidente de la República, el secretario de Gobernación, los coordinadores legislativos del PRI en Cámara de Diputados y Senadores. Todos, hablan de “secuestro”, de “actos vandálicos”, de “expresiones radicales” y no del fondo del asunto.
Junto con la declaracionitis vendrá la opinionitis. Es la inflamación de la histeria personal –simulada o convencida- de los conductores y analistas de los programas televisivos y de radio. Además, como casi todos escriben columnas en los periódicos, replicarán lo mismo.
Lo políticamente correcto no es pedir mesura y dimensionar los hechos. Eso resulta radical y se convierte uno en “promotor de delincuentes”.
5.-Sobredimensione algunos hechos. Ahora se habla de “pérdidas” por 4.5 millones de pesos en la Cámara de Diputados ante la irrupción de supuestos integrantes de la CNTE.
¿Por qué los mismos comentaristas que se rasgan las vestiduras por estos 4.5 millones de pesos no se alteran con los 200 millones de pesos que cada coordinador legislativo administra de manera opaca y unilateral? ¿Por qué son “delincuentes” éstos y no los que desfalcan al Congreso?
6.-Invisibilice a los “bárbaros”. Los maestros no tienen rostro, nombre ni historia personal. Son una masa anónima de “revoltosos”, de “flojos”, de “enemigos de la reforma”.
Darles voz es muy costoso porque humaniza los movimientos sociales. Por eso la demanda de derecho de réplica de la CNTE ante las televisoras era tan delicada. ¿Acaso son dueños de su propia voz?
Uno odia lo que no conoce. Le tiene pánico a quienes nos dicen que son peligrosos. Y, por si fuera poco, si nos afecta en nuestro derecho a la libre circulación seguramente son violentos.
7.-Mezcle dos problemas distintos. Si los maestros no quieren un modelo único de evaluación entonces son enemigos de ser evaluados, por tanto, malos maestros que abandonan a los niños en las aulas.
Y si proponen otros modelos de evaluación o declaran su oposición a la reforma educativa peñista (no a reformar la educación ), entonces son enemigos del progreso, defensores de intereses y privilegios.
¿Cuál será el privilegio de un profesor que gana menos de 20 mil pesos al mes frente a la enorme y compleja alta burocracia de la SEP que gana más que ellos, que forma parte del entramado de la corrupción?
Eso, por supuesto, no se analiza, no se documenta, no es importante.
En otras palabras, volvemos al mismo guión de “guerra sucia” que tanto polarizó y le costó a este país en el 2006.
Retornamos a la etapa de privilegiar la mentira por encima de un mínimo ejercicio de veracidad.
Por eso, la “pinta” de la CNTE en la pared de las instalaciones de Televisa se convierten en una buena síntesis: “la pintura se borra, nunca sus mentiras”.
www.homozapping.com.mx
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