jueves, 10 de octubre de 2013

El verdadero significado de la palabra CAMBIO

Admito que en 36 años no había puesto "zoom" en la etimología de la palabra "CAMBIO".

Hoy entendí mucho más el significado real de "cambio".

Del latín "cambium" que significa "trueque" o "dar una cosa por otra".
Más aún, la palabra ori
ginal viene de la cultura Celta donde "cambio" significaba "curva" indicando un movimiento evidente que se presentaba ante nosotros.

Lo interesante es que el concepto de "cambio" como un "borrón y cuenta nueva" no es del todo real. Solemos pensar como "cambio" en dar un salto dejando todo lo viejo atrás y entrar a una página en blanco de un solo momento.
Más bien, "cambio" significa que aceptas (ojo: no confundir con "resignarse") ciertas cosas a cambio de otras que dejas o sueltas.
Es decir, en el proceso de recibir curiosamente sueltas al mismo tiempo.

El cambio es más que un evento en si mismo, una suma progresiva de eventos.

Cada que decidimos, aceptamos o fomentamos un cambio en realidad estamos entrando a un trueque con la vida misma, con nosotros mismos.
Los Celtas usaban la frase "curva" para indicar que nuestro camino necesitaba "doblarse" (con o sin nuestra aprobación) para bien nuestro o de otras personas a nuestro rededor. Es decir, cuando nosotros no damos paso al cambio, la vida misma nos lleva a un punto de curva que nos obligue a intercambiar: Experiencias, ideas, conceptos, personas, sentimientos.

La resistencia al cambio es literalmente querer seguir un camino derecho que lleva rato siendo curvo.
Aquí viene la parte interesante: Toda curva resulta siempre en otro nuevo camino recto. 
Es decir, otra forma, una vida. Una evolución.
Es decir, la vida nunca "quita" nada sin dar nada a cambio. 
Del mismo modo nunca "da" nada sin esperar nada a cambio.

Las "curvas" de la vida que nos parecen tan incómodas y dolorosas pueden parecernos incluso "largas" son siempre uniformes. Las vemos "más largas" o duraderas debido a que lo que estamos haciendo es evitar reconocer dicha curva. Es decir, están llegando en un punto donde no dan, ni tampoco reciben. No quieren hacer un trueque.

Como la vida es cambio constante. La vida misma no te permite inacción. Es como un boletero esperando, o que le digas "no tengo boleto" o que le digas "aquí está mi boleto" pero no puedes permanecer en medio de la puerta sin dar o recibir.
Todo cambio implica dar y recibir cosas entre el pasado y el presente conformando así lo que sea nuestro futuro.

Entre más capacidad de aceptar tengamos, más rápida puede ser nuestra capacidad de vivir el cambio.
Es decir, aceptar que hay cosas que no podemos controlar más (recibir) o que sencillamente debemos generar (dar).
Por eso hay cambios más largos o graduales. Depende mucho de la cantidad de cosas a sujetar a trueque.
No podemos recibir sin primero soltar. No podemos dar sin primero tener.
Es una curiosa ley del universo donde objetos, personas, sentimientos y conceptos conocidos se llevan a negociación con objetos, personas, sentimientos y conceptos nuevos y además, necesarios. Puede ser que en el momento no los percibamos como "necesarios" pero los cambios siempre lo son.

Por eso pensar que "cambio" significa "rapidez" o "todo nuevo" o "compra" (como un evento plano) es incompleta. El trueque implica negociar, dar la vuelta, intercambiar unas cosas por otras.
No hay forma de cambiar sin tener que soltar ciertas cosas y sin tener que aceptar otras.
 
 CAMBIO ES IGUAL A TRUEQUE.

No hay comentarios: