lunes, 25 de agosto de 2014

El Porno como la terrible decadencia de la sociedad moderna

ADVERTENCIA: ESTE POST CONTIENE IMÁGENES FUERTES
Lectura recomendada solo a mayores de edad y/o adolescentes acompañados de un adulto serio, informado y responsable en el tema de una mejor y real educación sexual.

Recuerdo cuando todavía hace 30 años atrás el "hardcore" era considerado un tabú y ciertamente algo que solo practicaban personas excéntricas; principalmente millonarios enfermos y solitarios que reflejaban su soledad en actos generalmente rechazados por el público promedio.

Sin embargo, en apenas 15 años, el Internet se ha plagado de una nueva forma de pornografía que es mucho más que grabar a dos o diez personas teniendo relaciones sexuales en HD.
Era algo que se veía venir pues los sitios underground del porno comenzaron a ganar terreno lentamente y comenzaron combinando softcore con hardcore de modo que no fueran vistos como demasiado agresivos.
No obstante, esos sitios gradualmente se volvieron explícitos y menos recatados en mostrar abiertamente sus contenidos hard. Incluso, hoy hay sitios que "regalan" vídeos con escenas bastante explícitas de actos más que sexuales, degradantes.

En aras de una "sexualidad abierta", los seres humanos de las últimas 3 generaciones han sido llevados a uno de los ya innegables retrocesos morales más grandes que hayamos visto en la considerada era "moderna". Supuestamente esta sociedad moderna se escandalizó de las Cruzadas, las orgías Romanas y Griegas, la Inquisición y otros actos considerados como "primitivos", "bárbaros" por nuestros llamados "antecesores".
El aumento de tecnología y conocimientos nos han hecho sentirnos "mejores" e incluso "superiores" que antiguas civilizaciones a las que algunos no dudan en señalar como primarias o sin evolución sino que incluso "ignorantes".

No obstante, una herramienta tan poderosa como Internet se ha convertido en el espejo de lo que existe en el interior del espíritu colectivo del mundo "civilizado" sobre todo en temas de sexualidad.
Contrario a lo que los defensores del pansexualismo dijeron en los años 60 y 70, una mayor cantidad de información sexual y apertura a ella no está eliminando prejuicios ni tampoco está haciendo de esta, una mejor sociedad.
Se dijo entonces que los problemas de la sociedad fueron causados por la religión y sus represivas ideas sobre el sexo. Decían que si la sociedad se libraba de las cadenas de la religión y la moralidad, la sociedad encontraría solita su punto de equilibrio y entonces, las sociedades serían libres y felices sabiendo que el sexo no era malo ni sucio lo que permitiría mejores ciudadanos y sociedades libres y plenas con el adecuado flujo de sus pulsos más elementales.

¿Ha sucedido eso en verdad?

La respuesta es no. Los asesinatos continúan, las violaciones persisten, las desapariciones forzadas de personas en relación a depredadores sexuales se mantienen, la trata de personas y esclavitud sexual es la más alta en muchos años en el mundo actual.

Entre más se abrió la llave a los seres humanos para dar rienda suelta a sus impulsos sexuales, más daños emocionales, físicos y culturales se han producido. Las familias han sido ridiculizadas, humilladas y presentadas como "obsoletas" por poderosas campañas de publicidad en TV, cine, radio y cualquier medio digital existente. Detrás de muchas de esas campañas, poderosos millonarios practicantes de la homosexualidad, el ocultismo y el ateismo. Vaya, algo más que casualidades.

Contrario a lo que ciertas asociaciones de educación sexual nos quieren convencer, la realidad es que el machismo del que ya nos creíamos liberados ha retomado fuerza y lo ha hecho con profunda agresividad. Los medios informativos alrededor del mundo han hecho del cuerpo femenino un objeto e incluso, algo menos que un objeto.

La mayoría de las personas reconocen que un objeto es una cosa y dejan de usarlo o se limitan a tirarlo a la basura cuando creen que ya no les es de utilidad. Algo muy terrible está sucediendo con las sociedades modernas pues la figura humana (aunque especialmente la figura femenina) está siendo deshumanizada por completo y en absoluto.

El gran investigador social Philip Zimbardo (conocido por el famoso experimento de la Prisión de Stanford) explica detallada y científicamente en su libro "El Efecto Lucifer" que la deshumanización es clave siempre que se busca justificar la degradación, la humillación, el ataque y el racismo contra cualquier persona o grupo.

Zimbardo explica magistralmente que la sociedad moderna está en una espiral de deshumanización conforme avanza hacia nuevos horizontes en terrenos de geopolítica y super tecnologías.

En ese sentido, la pornografía está siendo el medio que muchas empresas, sociedades y ocultas personalidades están utilizando para inculcar una nueva serie de valores y sobre todo, de deshumanización. A cambio, unos instantes de placer visual y sensorial.

La deshumanización de la figura humana, principalmente la figura femenina, están siendo muy claras y hasta cierto punto cínicas ante el silencio espectador de una sociedad que se ha tornado egoista y cuya búsqueda del placer parece ser la única meta.

Desde la raíz.

La palabra pornografía ha tenido una evolución incluso en su significado.
Hasta todavía finales de los años 80, la mayoría de los diccionarios en español definían pornografía como "Descripción o representación de escenas de actividad sexual".
Se entendía en ello: Desnudos, fotografías y vídeo de poses sexuales, relaciones sexuales explícitas o contenidos de índole erótico o sensual.

Sin embargo, de una manera disimulada y "renovada", desde mitades de los años 90 se ha comenzado a definir a la pornografía como "Obra literaria, artística, cinematográfica, etc., que describe, presenta o muestra actos sexuales de forma explícita con la finalidad de excitar sexualmente."

Osea, comenzó a llamarse "arte" a la producción comercial de contenidos sexuales fueran estos moral, social o psicológicamente dañinos para el consumidor o las personas involucradas en la cadena.

Pero el origen etimológico de la palabra pornografía es explicado muy perfecta y extensamente en este sitio:

Llamó mi atención que la palabra "porno" tiene desde siempre un contexto con "venta", "dinero", "prostitución", "quien vende" e incluso "rufianes".

Bueno, parece que los grandes creadores y promotores de esta millonaria industria buscan hoy más que nunca hacerle honor a estas definiciones pues venden imágenes sexuales de mujeres que se prostituyen (voluntaria o involuntariamente) con el apoyo de rufianes a cambio del máximo deseo: Dinero.

El cumshot como símbolo de poder

La pornografía ha evolucionado del simple mostrar un cuerpo desnudo femenino para placer de un hombre hacia formas varias y diversas que han rayado en lo extremo y bizarro del corazón humano:
Zoofilia, necrofilia, pedofilia, lesbianismo, homosexualismo, fetichismo, sadomasoquismo, etc., etc.
Sin embargo, desde mitades de los años 90, la industria del porno ha venido enfatizando en una nueva oleada de machismo que no tiene ningún respeto por la figura femenina.

Mostrar a mujeres desnudas ya no es suficiente para la mayoría de adolescentes norteamericanos promedio. Las mismas encuestas revelan que sucede algo similar con los adolescentes europeos y sobre todo de América latina. La exposición desnuda o semidesnuda constante del cuerpo femenino en los medios informativos como la TV y el cine así como el Internet han hecho que los hombres promedio quieran contenidos más fuertes.

Mientras que para los hombres promedio en los años 40 una imagen pornográfica suficiente era ver la silueta de una mujer con ropa sugerente, para los años 60 ver una relación sexual directa era la mayor aspiración. Para los años 80 comenzó a popularizarse la "importancia" de que el sexo oral era "clave" en un contenido erótico. Claro, el sexo oral que una mujer hiciera al hombre y no inversa.
Para finales de los años 90, el sexo extremo comenzó a ser la medida mínima requerida en un contenido porno de un vídeo promedio. Y es que, el famoso y renovado "cumshot" fue un parteaguas de los contenidos y significados que el porno moderno iba a establecer.

El "cumshot" oral (eyacular en el rostro o boca de una mujer) se convirtió en el momento cumbre de un vídeo porno promedio desde los años 70.
Ya desde mediados de los años 60 se producían vídeos donde el hombre eyaculaba sobre el cuerpo de una mujer. Pero por insignificante que parezca, esas eyaculaciones eran en el vientre de la misma (simbolizando la concepción, la fertilidad). Grabaciones anteriores (40, 50) mostraban el famoso acto de Onanismo o eyacular en tierra pues se consideraba una especie de recato que los fluidos seminales entraran en contacto con la piel. Sin embargo, el tristemente célebre filme "Garganta Profunda" estableció un nuevo hito en lo que el porno quería transmitir. Desde el lanzamiento del filme (por cierto hecho en completo desacuerdo de la protagonista quien fue amenazada de muerte si no accedía a la filmación de esas escenas) el "cumshot" y las felaciones se convirtieron en una meta en sí mismo del porno. Parecía que no podía decirse porno a una grabación o fotografía que no mostrara a una mujer lamiendo el pene de su pareja e incluso, tragando sus genitales. 

Si mostrar a una mujer lamiendo o tragando el pene de un hombre no resultaba algo fuerte, menos lo comenzó a ser el que el hombre eyaculara en su rostro o boca. Más allá de si es sanitario o no este acto, de si sea "bueno" o "malo", lo importante es el profundo significado que el "cumshot" introdujo en la mente de sus consumidores masculinos y se resume en: Poder.

Efímero, extremadamente temporal y nada del que un hombre debiera sentirse orgulloso pero una especie de "poder" que el porno ha vendido con buenos dividendos.
No concibo en lo personal el porno sin una abierta intención del hombre por dominar a la mujer.
No hablamos del erotismo y la sensualidad que no necesariamente son sinónimos de pornografía. Hablamos de la abierta producción deliberada de imágenes que muestran a la mujer al servicio del placer del hombre. Justo como nació el porno desde su más remoto origen más allá de las expresiones genuinamente artísticas.

La idea de tener un catálogo o conjunto de imágenes de mujeres desnudas más allá de una expresión meramente artística no se entiende sino como un fin exclusivo de placer al genero masculino que desde siempre, ha tenido inclinación profunda y devoción al sexo opuesto.
Por eso algunas personas no dudan en señalar que la pornografía nació de un acto machista y yo lo creo en parte.
Los hombres que no podían poseer físicamente a una mujer se comenzaron a consolar con una versión virtual: La impresa.

Y a cambio de dinero (porque de otra forma ninguna) las primeras mujeres que posaron para revistas de "caballeros" (como aún se les llamaba en ese entonces) permitieron que sus cuerpos fueron vistos como separados de sus personalidades. Algo que el porno curiosamente jamás ha hecho respecto de la figura masculina pues el cuerpo masculino siempre se ha asociado a su carácter, a rasgos personales de genero e individuo.

Vemos pues, que el porno desde sus inicios aisló la humanidad, la personalidad femenina de su cuerpo y la redujo a una función meramente complaciente del deseo masculino. Ellos querían ver cuerpos de mujeres. Ellos quisieron luego ver a esas mujeres teniendo sexo en un simbolismo virtual donde ellos se reflejaban en los "actores". Una forma muy virtual de relación sexual.
Luego, ellos quisieron ver a esas mujeres haciendo cosas que jamás harían con sus propios cuerpos (sexo con animales, con objetos, etc.) y actualmente, ellos quieren ver a esas mujeres siendo humilladas, golpeadas, rebajadas.

El semen desde tiempos antiguos ha sido cargado de un simbolismo profundo de virilidad, de poder.
Ese antiguo ritual mágico donde el semen potencializaba el espíritu de los guerreros ha sido transportado sutil y gradualmente a la industria porno que ha hecho del semen una especie de arma que simboliza un triunfo, una superioridad.
Si ya de por si el pene ha sido símbolo de poder, de arma (pues se introduce como una espada en el cuerpo de la otra persona), el acto de eyacular sobre el rostro de otra persona recarga de contenido simbólico el orgasmo masculino que no significa relación, unión, intimidad como sucede en el caso de las mujeres sino conceptos muy distintos como poder, dominio, sumisión.

El porno moderno (desde mitades de los años 70) sembró en la mente de sus consumidores que el sexo es poder, que el sexo es una lucha, un combate. Y el hombre promedio compró el concepto de lucha porque la lucha, el combate, la competencia es casi inherente al corazón masculino. El porno dejó de ser solo placer para convertirse en una actividad.

El acto sexual en el porno es visto como una lucha, una competencia donde hay que atacar al oponente, hay que herirlo, golpearlo, someterlo. Y en el fragor más alto, humillarlo, destruirlo.
Ningún varón promedio dudaría en participar de un acto físico donde su testosterona tenga rienda suelta. Es parte de la naturaleza masculina. Lucha, pelea, ganar, lucha, pelea, ganar.

Sin embargo, el porno encontró una forma muy terrible de liberar esas fuerzas naturales masculinas hacia uno de los seres más hermosos, delicados y finos que existen: La mujer.

Aunque en los años 80 algunas corrientes feministas trataron de reforzar el rol erótico de las mujeres haciendo énfasis en la importancia y gusto del sexo oral del hombre a la mujer, el impulso violento y agresivo de la figura masculina se impusieron. Hacerle sexo oral a una mujer no resultaba tan empoderante como que una mujer se lo hiciera a un hombre. El sexo oral se convirtió de nuevo en un artículo (arma) del catálogo de sumisión machista. Estuvo a punto de ser un punto a favor de la liberación sexual femenina pero en manos del porno machista, sucumbió en un punto en contra.

El cumshot moderno del porno actual es completamente punitivo, humillante, control sobre el otro.

No es de extrañarse que las películas porno de los años 60 y las actuales difieren en el hecho de que las primeras eran una búsqueda de sensualidad, de erotismo mientras que las segundas son una búsqueda de poder, de dominio.
La mujer era respetada, venerada pese a todo en los filmes porno antiguos.
Hoy en cambio, la mujer es rechazada, denigrada, deshumanizada.

El extremo de lo extremo

El porno moderno desde finales de los años 80 dio un giro radical y la mayoría de sus consumidores no se dieron cuenta de que fueron embarcados en un viaje al infierno donde son sometidos a contenidos extremadamente violentos, denigrantes, absurdos, machistas y hasta ocultistas principalmente desde mitades de los años 90 en que la industria porno volvió a tener un repunte con la ayuda de las nuevas tecnologías e Internet

El porno moderno es una completa adoración a la figura masculina. Las mujeres son menos que objetos y como tal son representadas. Porque a un objeto se le maltrata, se le golpea, se le somete a condiciones extremas que ningún ser humano podría tolerar, soportar. Simplemente por humanidad, por dignidad.

En esa vorágine de auto-adoración y de auto-empoderamiento, muchas mujeres son convencidas de que están obteniendo "poder" o alguna especie de "fama" lo cual en realidad es falso y todo lo contrario pues una vez que la industria ha obtenido el mayor rendimiento de su figura, de su rostro, de su límite sexual entonces son literalmente desechadas, enviadas a los archivos muertos de una industria que a hecho más daños que bienes a sus consumidores y participantes (llamados hipocritamente "actores") y dando beneficio económico a solo unos cuantos que han basado sus "imperios" sobre la espalda y dignidad de muchas personas a quienes han sumido en situaciones de trauma, enfermedades sexuales y el aumento de redes de prostitución que han hecho de la mujer un terrible trapo, un producto, una mercancía más.


Cada vez más se vuelve "común" que los adolescentes estadounidenses, europeos y sobre todo latino americanos tengan acceso a material sexual donde la violencia y el placer son presentados como sinónimo. Y el corazón humano no conoce límites cuando sus sentidos salen de control.
El porno moderno es una completa denigración donde las violaciones individuales y tumultuarias son presentadas como "placer", como la forma de tratar a una mujer.
El porno moderno es una completa enfermedad donde los golpes, la humillación, la intolerancia y el abuso son presentados como recursos sexuales. Una completa irrealidad.

Porque incluso las defensoras más abiertas del sexo plural o diverso aceptan que lo presentado en muchas producciones pornográficas modernas es un completo exceso de la verdadera diversidad sexual. No conozco a ninguna educadora sexual que quisiera de voluntad propia protagonizar siquiera uno de los muchos tristes y lamentables vídeos porno que hoy inundan Internet.

 
 

Rostros llorosos, cuerpos golpeados, mutilados, sometidos a condiciones físicas extremas, pieles llenas de sangre, saliva, semen y objetos extraños no pueden resultar parte de una relación sexual sana entre dos personas que digan amarse y respetarse como humanos, como dos individuos que quieran dar y recibir aceptación, compromiso, sentimientos e incluso placer.

Muchas mujeres están rompiendo el silencio y están testificando que fueron engañadas para participar de películas eróticas promedio que terminaron en horas de absoluto dolor y sufrimiento emocional y físico. Otras, han sido desaparecidas, secuestradas y forzadas con amenaza de muerte de ellas o de sus familiares de participar en filmes extremadamente violentos y que les han causado daños profundos en su cuerpo y sobre todo en su mente y corazón. Lamentablemente muchas más no han sobrevivido para contarlo y han muerto durante o después de la filmación de estos terribles actos.
Algunas se han suicidado, a otras las asesinaron para que no pudieran denunciar.

Muchas "estrellas" porno han recientemente alzado la voz para denunciar que fueron drogadas, manipuladas incluso desde su niñez y adolescencia para poder formar parte de esta industria. Los productores, los "actores" masculinos de estas producciones se esconden, no dan la cara, cambian de nombre sus compañías y domicilios. Compran a autoridades a quienes les ofrecen dinero o mujeres para asegurar su silencio.

En el peor de los casos, cuando se ven expuestos, no dejan de descalificar a esas mujeres a las que no bajan de "putas" o mujerzuelas por haber aceptado dinero a cambio de esos vídeos.
La mayoría de ellas guarda silencio por temor a ser tachadas de locas, de cómplices y perder nuevas oportunidades de empleo en otras áreas de la sociedad.

Condicionamiento: Elemento clave en los medios

El porno hard que se vende en Internet y en varios sitios underground no tuviera la aceptación que tiene de no ser por el apoyo que recibe de manera directa e indirecta de otros medios informativos como la televisión, el cine comercial, la industria moderna del entremetimiento que ha hecho de la mujer también un absoluto objeto pese a los muchos intentos de organizaciones civiles y humanitarias que no cuentan con la misma cantidad de dinero para obtener el apoyo de los medios quienes es sabido, se venden al mejor postor.

Las telenovelas modernas desde inicios de los años 90 incluyen promedio entre 2 a 3 escenas explícitas o simbólicas de una escena sexual. Hay novelas incluso que han dedicado más de 20 minutos a escenas donde una relación sexual se maneja como parte de la trama. En México, Televisa y Azteca han "revolucionado" con cierto "orgullo" estas tendencias presentando relaciones sexuales en horarios donde niños y adolescentes aprenden que el sexo es amor de una u otra forma.

Y aunque se nos tache a algunas personas de "espantadas" por señalarlo, las telenovelas sudamericanas han reforzado la imagen femenina como objeto deseable independientemente de la historia romántica de fondo. Violencia, sexo, mujeres son la formula de estas formas de entretenimiento que educan a los hombres a ver a las mujeres como "trofeos" y las mujeres a prepararse para ser esos "trofeos" en nombre (o no) del amor. Ellas "venden" su imagen para obtener amor y poder sobre otras mujeres. Ellos "compran" y "usan" lo que compran gracias a su "poder", a su violencia y a su astucia (capacidad para cometer crímenes, robos, asaltos, fraudes) con la esperanza de dar "amor" una vez que se enamoren por completo.

La "música" moderna y sus flexibles y abiertos contenidos sexuales son otra forma de condicionamiento que influyen con enorme potencia a los jóvenes de las sociedades a quienes enseñan a vivir buscando placer encima de cualquier otra cosa.

Las mujeres desde luego, en letras e imágenes de los vídeos, son presentadas como adornos, objetos al servicio de "hombres". Nunca son presentadas como personas, como individuos. Lo que sientan o lo que piensen no importa. Mientras tengan ese cuerpo que un hombre pueda gozar para su propio placer, serán importantes. La peor parte: Las mujeres de estas generaciones en verdad creen que "dominan" al hombre con el sexo o que logran poder sobre otras mujeres si se presentan más sexuales, más dispuestas a complacer a sus "machos".

 
 
 
Los niños y niñas de estas generaciones están siendo deliberadamente hipersexualizados y condicionados a verse a sí mismos como objetos cuya única función es dar y recibir placer.
Los niños no entienden la diferencia entre amor y sexo. Al contrario, los asocian, los combinan.
Solo se les presenta la cara "bonita", glamorosa y llena de "fiesta" del porno socialmente aceptado como "entretenimiento".
Nunca se les habla de las consecuencias no solo físicas sino principalmente emocionales, psicológicas de involucrarse sexualmente en contenidos que venden "amor", poder y aceptación a cambio de degradación, humillación, deshumanización.
 
 

El porno ya enseñaba muchos errores a las personas acerca de su sexualidad.
  • Cuerpos perfectos sin lugar para "feos/feas"
  • Rostros perfectos sin lugar para "feos/feas"
  • Penes enormes y siempre erectos
  • Mujeres siempre sedientas de más sexo
  • Mujeres dispuestas a hacer todo por placer
  • El sexo no debe guardar relación con el amor sino con el placer
  • Posiciones mil que dar poder sexual a la pareja
  • El punto más alto e importante de una relación sexual es el orgasmo masculino
Pero el nuevo porno (en Internet y los medios) añaden nuevos errores
  • La mujer debe lucir siempre sensual
  • La mujer debe ser sometida
  • La mujer solo piensa en sexo
  • La mujer no piensa, solo siente
  • El hombre debe maltratar a la mujer para aumentar su placer sexual
  • No hay seducción, no hay caricias, no hay juego amoroso: Solo sexo
  • Entre más violento o extremo, mejor sexo
  • Se trata solo de mi: De mi placer, de mi satisfacción sin importar el dolor o la felicidad del otro que comparte su cuerpo conmigo.
Si el porno llegó a ser visto como una forma de liberación a la represión religiosa por siglos enteros, hoy ese mismo porno se ha convertido en una forma inminente de esclavitud. No solo emocional, visual sino ciertamente explícita para quienes se adentran en sus entrañas.

La adicción a la pornografía ha sido clínicamente aceptada pese a las protestas de grupos liberales que decían que el sexo no crea adicción. Los neurobiólogos han venido contradiciendo con hechos y evidencia esas afirmaciones. La adicción sexual está ahora en la vitrina de padecimientos y desordenes mentales de los seres humanos junto con el licor, el tabaco y la cocaína. Al igual que sus compañeras de adicción, la adicción al sexo no se cura sola. No se cura "echándole ganas". No se cura siquiera desatándose sin restricción. Al contrario, como todo vicio, entre más se tiene, más se quiere. Los umbrales de satisfacción y placer no se cansan. Cada vez es necesario añadir algo más. Un poco más cada día.
Por ello el porno logró saltar de una fotografía en blanco y negro hace más de un siglo a una revista, a una cinta de 8 milímetros, a una pantalla de cine, a una pantalla de computadora, a una pantalla de TV, a un archivo MP3. El sexo una vez fuera de cause es como un río que avanza sobre todo lo que encuentra. No importa edad, no importa condición social, no importa nada. Solo su avance.

Ver el cuerpo desnudo ya no es suficiente. Ahora hay que verlo haciendo algo más. Luego, hay que verlo siendo sometido, maltratado, humillado, destrozado, aniquilado. El porno vende todo eso a cambio de efímeros momentos de placer que nunca, nunca, nunca podrán saciar la verdadera sed del corazón humano: Amor genuino, aceptación, realización.


Porque el amor no reside en ninguno de nuestros órganos físicos y sexuales. El amor, el poder, la confianza, la aceptación no se generan en el cuerpo en sí mismo. Nacen en el alma, en el cerebro, en el corazón humano.

Quien no se siente amado, poderoso, vivo, valioso en sí mismo y por sí mismo, no podrá nunca reflejar ese amor, esa confianza en otros y hacia otros. Por el contrario, atacará y destruirá aquello que tanto desea alcanzar. El sexo es uno de los momentos más vulnerables de una persona. La desnudez es uno de los estados naturales más transparentes de un individuo. Por ello la desnudez, por ello el acto sexual son blanco y objetivo de industrias sin escrúpulos que compran la dignidad de ingenuas señoritas que creen conseguir fama, poder, dinero, amor y aceptación a cambio de entregar sus cuerpos y almas en manos de pobres, débiles y sedientos varones que también han sido engañados para creer que destruyendo a otros podrán ser valorados, reconocidos, aceptados, amados.

Gracias a Dios pese a tanta oscuridad se han levantado recientemente grupos de personas que lograron salir de los profundos lodos de humillación e infierno que el dinero no pudo llevarse de sus vidas.

Antiguas mujeres consideradas "estrellas porno" han abandonado ese medio gracias al poder, no de sus fuerzas, no de su dinero, no de sus contactos, sino al poder de Dios.

Shelley Lubben o Crissy Moran son solo un ejemplo de mujeres valientes que han comenzado a denunciar la historia no contada detrás de bambalinas en cada filme porno, en casa sesión de fotografías porno.

Han fundado Pink Cross Fundation o XXX Church como medios de ayuda y soporte a otras actrices atrapadas, amenazadas y sumergidas en la industria del porno moderno. También, brindan ayuda y asesoría a adictos sexuales que reconocen que el porno los ha consumido y cuando pensaron que eran amor y dueños, en realidad se convirtieron en esclavos y sometidos.

La invitación sincera conocer estas organizaciones antes de que, los poderosos empresarios (que influyen incluso en altas esferas de Gobierno), logren desacreditarlas y desarticularlas legalmente bajo cualquier argumento. Los testimonios de estas valientes y valiosas mujeres nos muestran que eso que muchos llaman "placer" en realidad es dolor y sufrimiento para muchas personas, para muchas mujeres.

Lo más poderoso aún, es que esas mujeres pueden recuperar sus vidas, su dignidad, su valía, su belleza verdadera sin necesidad de desnudarse y mucho menos, de someterse a terribles prácticas de machismo, violencia y falta de amor a nombre de una relación sexual que es menos que una conducta animal.



http://newcrissymoran.com/

Los siguientes testimonios son muestra de que el porno no paga realmente nada bien. Como cualquier otra droga, termina destruyendo a quienes se abrazan a ella.

 

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Auch!

este articulo me llego duro
nunca habia pensado en lo que dice
:(

Anónimo dijo...

Kien escribio esto? De seuro un religioso que no sabe disfrutar la vida. Sino les gusta el sexo duro, no lo critiquen y ya Ami no me imprta loq ue les pase a esas zorras que por eso cobran bien ja,ja,ja,ja

Womanizer dijo...

no sabia que Crissy ya no hacia porno. tampoco sabia que se hizo cristiana. pienso que solo su fe le dio la fuerza para renunciar a tanto dinero que ganaba. estoy sorprendido y veo que muchas actrices porno tambien se estan saliendo. interesante articulo amigo

Anónimo dijo...

yo llevava mucho tiempo queriendo dejar el porno pero no sabia que se podia, vi los links de las chavas que se salieron y me quede muy sorprendido del cambio en sus vidas

no queria aceptarlo pero tal vez si necesito a dios en mi vida :(

no me gusta el porno donde maltratan a las mujeres, solo porno suave

Sex Rock dijo...

Pasumecha! No sabia que las estrellas porno la pasaban tan mal ciempre creí que les iba a muy bien con todo el dinero que ganaban

la verdad si es feo ver ese porno. Ami me gusta mas el softcore,las modelos son mas guapas y se ven mejor que en los videos hard lo feo es que ese fregado regeton esta hechando a perder a los niños

Anónimo dijo...

4h n0 t3 p4s3s!!!!!

35t4n b13n 3nf3rm0t35!!!!!

LeñoTu dijo...

pero las viejas tanbien tienen la kulpa por dejarse grabar y por ir a buskar a esos vatos

primero andan de kalientes y ambiciosas y luego ya no la aguantan cuando se las dejan ir

esos vatos estan enfermos y van a ellos pues solo van a recibir enfermedad, esa foto de sexo duro me dio asko!!!

Anónimo dijo...

EL DIABLO SOLO VIENE PARA ROBAR MATAR Y DESTRUIR Y TARDE QUE TEMPRANO PASA FACTURA. NADA EN ESTA VIDA ES GRATIS, NI SIQUIERA EL SEXO

sExOr dijo...

QUE DURO ARTICULO!

YO HE VISTO MUCHO PORNO PERO HASTA HOY ENTENDI LO MAL DE ESTO

ME DIO ASCO Y DOLOR VER A ESAS MUJERES SUFRIENDO ASI

CREO QUE DJARE EL PORNO POR COMPLETO

GRACIAS POR COMPARTIR

Anónimo dijo...

no manchen, esta muy feo esto del nuevo porno y luego leyendo esto como que se me abrieron mas los ojos...es verdad