martes, 18 de octubre de 2011

La violencia que merecemos

Si bien es cierta aquella expresión que dice que cada pueblo tiene el Gobierno que se merece, comienzo a pensar que tal vez también los pueblos tienen la Violencia que se merecen.

Dos noticias llamaron mi atención en esta semana.
La primera acerca del téstimonio del pequeño "Rodrigo" que en días pasados se lanzó desde un primer piso en su escuela tratando de huir del acoso escolar del que había sido sujeto por 8 compañeros de menos de 10 años. Esto en México.
 
Es  conmovedor ver la vida desde los ojos de este pequeño que con menos de 10 años pensó en el suicidio como la mejor salida para el acoso que tuvo que soportar por mucho tiempo ante el silencio de sus compañeros, maestros y el desconocimiento de su familia.

Las madres, padres, hermanos y compañeritos de muchos niños como "Rodrigo" se dicen horrorizados de las matanzas de niños a manos de cárteles de narco traficantes en Juárez, Acapulco y otros estados que no respetan ya a nada ni nadie al saldar cuentas y sin embargo dia con dia permiten, toleran y guardan silencio ante cualquier abuso (verbal, emocional o físico) que ellos mismos hacen o presencian en sus escuelas, trabajos y hogares.

La segunda acerca de un vídeo que muestra un terrible suceso en que una pequeña niña es atropellada 2 veces en el mismo momento por 2 diferentes conductores ante la impavida mirada de transeuntes. Esto en China. (Imágenes bastante fuertes y tristes por cierto).
 
El vídeo no solo es terrible por el hecho de tratarse de un accidente donde un menor de edad está involucrado sino que se vuelve espeluznante cuando vemos las escenas siguientes al primer impacto. Me llamó la atención ver que los comentarios en la página de Yahoo condenaban con enorme juicio (e incluso cierto racismo) a los Chinos por su insensibilidad y falta de cultura y quien sabe cuantas más malas cualidades.
Sin embargo, como también puse en el comentario de la noticia en Yahoo, Chinos y Mexicanos no estamos nada distantes de las mismas actitudes egoistas y malvadas a pesar de estar a kilometros de distancia física.
Por favor, dense una vuelta entre las 8 y 9 de la mañana o entre las 2 y 3 de la tarde o las 6 y 7 de la noche por cualquier calle de Polanco o de las grandes calles y avenidas de mi amado Distrito Federal y verán que el comportamiento de los conductores de todas las marcas y modelos, de todas las clases sociales y de todos los géneros actuan igual: EGOISTAS.

Aventando el auto a peatones. Aventando el auto a otros conductores. Nadie cede el paso sino al contrario encienden luces y tocan el claxón dejando en claro que no piensan bajar la velocidad o detener mucho menos su marcha con tal de seguir aún si eso implica que te den un golpe o causen que estés a punto de estrellarte. Lo hacen por igual BMW que "Vochitos" rascuaches de taxistas. Hombres y mújeres por igual.
Todos quieren pasar primero. Todos quieren imponer su claxón y el "laminazo".

En ambas noticias se observa el fenómeno cierto de que en México la gente se dice cansada y harta de la violencia sin precedentes que azota nuestra Nación. Se horroriza y organiza movimientos, campañas y habla públicamente de su miedo a ser víctima de la delincuencia pero comienza a actuar con una doble moral que no comprendo.

Pareciera que los Zetas son en realidad un producto material del inconsciente colectivo que no ha hecho otra cosa sino proyectar en el terreno físico toda esa violencia y enojo que los Mexicanos hemos permitido en nuestros corazones. Algo así como la Ley de Atracción manifestada en un ente visible.
Veo en la calle a personas de traje y corbata que trabajan en corporativos de renombre que no portan pasamontañas que oculten sus rostros ni tampoco portan una sierra eléctrica con que decapiten a otros pero veo como agreden casi con las mismas intenciones de quitar, eliminar, dañar al que les estorba a bordo de su auto. Es el mismo espíritu "Zeta" pero en una manifestación diferente.
-"¡Ay no! ¿Cómo comparas a un Zeta con el Licenciado/con Lolita la recepcionista/con Javier el panadero?"-
Pues si, aunque esto cause asombro comienzo a no ver diferencia entre la actitud combativa de unos encapuchados decididos a terminar con sus oponentes y unos desencapuchados ciudadanos que en sus autos también están decididos a terminar con peatones o conductores que les "estorben" en sus trayectos.

Encuestas demuestran que la gente en México vive llena de miedo y las imágenes de decapitados, mutilados y balaceados les causan enojo, miedo, tristeza e impotencia. Más del 90% considera que esta violencia es innecesaria. La mayoría dice que estarían de acuerdo en que esa violencia terminara y ellos harían lo posible por terminarla. Todos dicen querer un México mejor y lleno de paz.

Pero comienzo a creer que las ocultas mentes detrás de este terrible plan de desestabilización social están comenzando a cosechar los resultados esperados pues la gente es cada vez menos sensible a la violencia y comenzamos a justificarla de muchas maneras dando siempre paso al egoismo como la principal justificación.

Lo peor sin embargo es que los Mexicanos estamos sencillamente abandonando cualquier forma de afecto y amor genuino dando paso solo al instinto, al lado bestial que no piensa y que se centra solo en sí mismo.

Nos decimos espantados y cansados del horror y la violencia en Acapulco, Juárez, Veracruz, Tamaulipas y todos esos hermanos estados azotados por estos eventos y muchos maldicen y dicen detestar a los grupos criminales por su falta de humanidad y compasión. Pero repito categoricamente que en las calles, escuelas y trabajos  de nuestra Ciudad de México la falta de humanidad y compasión es constante. Menos gore, menos sangrante pero igualmente terrible y potente.

Así como los grupos criminales no están respetando la vida de niños, mujeres o ancianos; los ciudadanos tampoco están respetando a niños, mujeres o ancianos. Niños están agrediendo abierta y cinicamente a otros niños. Mujeres están agrediendo totalmente a otras mujeres. Ancianos están combatiendo en pleno a otros ancianos. Sin duda alguna estamos cosechando mucho de lo que estamos sembrando. Se siembra violencia, se recibe violencia y luego nos preguntamos por qué seguimos viendo esas noticias tan dramáticas.
Culpamos al Gobierno y a los grupos pero la mayoría seguimos siendo eso: La mayoría y en el mundo sucede lo que las mayorías permiten aún cuando las minorías lo conciban.

No permitamos que ese espíritu nos controle, nos abrace y nos haga morir en sus redes. En este blog en diversas ocasiones hemos invitado a nuestro amado México a despertar.
 
En este Blog hemos invitado a los conductores a ser reales conductores y no solo manejadores de autos así como a los peatones a ser mejores transeuntes

Hemos invitado a los Mexicanos a seleccionar mejor su consumo televisivo

Seguimos alzando la atenta invitación para que como Mexicanos recordemos aquellas palabras de Ghandi que decían "Sé el cambio que quieres ver" y aquellas palabras del Señor cuando dijo "Todo lo que el hombre sembrare, eso también cosechará".

Los grandes cambios comienzan con pequeños cimientos. ¿Qué cimientos estás colocando en la obra de tu vida, de tu generación, del momento en que te tocó vivir?
Que venga el día en que de nuevo digamos: "Estamos cosechando la paz que merecemos".

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